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Ciclo de conferencias “Del hacinamiento a la Reinserción. Reflexiones sobre la ejecución penal”

El Comité Nacional para la Prevención de la Tortura realizará un ciclo de conferencias con el objetivo de repensar el sistema carcelario y las políticas criminales vigentes. Recabando el trabajo realizado durante los años anteriores, donde venimos debatiendo respecto del estado de las cárceles, sus causas, consecuencias y desafíos – Asamblea Anual 2018, Jornada Ley de Cupo, Jornada tipo penal de Tortura, reuniones de intercambio con ONG´s y actores del sistema, reuniones con los organismos internacionales que rigen en la materia, Asamblea Anual 2019, videoconferencias regionales y temáticas en el marco de la pandemia COVID-19 – en miras a lograr consensos respecto de las acciones necesarias para transformar la realidad carcelaria y adaptarla a los mandatos tanto constitucionales como del derecho internacional de los derechos humanos.

Estas conferencias consistirán en Jornadas Federales con la participación tanto de representantes de los sectores académicos, funcionarios judiciales, organizaciones de la sociedad civil, funcionarios públicos, familiares de detenidos, víctimas y familiares, y periodistas especializados en la materia.  Se realizaran una vez por semana, desde el Jueves 4 de junio, con la exposición de una mesa de expertos invitados a disertar sobre la temática que nos convoca.  Serán coordinadas por un miembro del CNPT  a través de la plataforma Zoom y  transmitida a su vez vía  www.cnpt.gob.ar y sus redes sociales para la participación de todas las personas interesadas.

Con el objetivo de repensar el sistema carcelario y en el entendimiento que el punto de partida que supone el régimen de la ejecución de la pena no es otro que el de garantizar un trato humano; ante el notorio fracaso del modelo penitenciario vigente en el país, resulta imprescindible convocar a quienes se encuentren preocupados por la temática, provenientes de diferentes disciplinas y saberes -y que se encuentren involucrados en la actualidad carcelaria- para intercambiar ideas y debatir democráticamente al respecto.

Se abordarán como ejes temáticos: sobrepoblación y hacinamiento; políticas criminológicas y noción de seguridad; rol de los medios en la caracterización de la población carcelaria; acciones para lograr un nuevo sistema carcelario, análisis de la legislación penitenciaria, la importancia del diálogo como herramienta pacificadora, pensar la cárcel desde el paradigma de las oportunidades, herramientas para una cárcel menos violenta, pensar la cárcel en democracia.

Movidos por una voluntad investigadora, no para legitimar sino más bien para transparentar, para decir  acerca de lo que se hace, de lo que sucede realmente en las prisiones, de lo que pasa con el adentro para que lo vea el afuera y lograr consensos para modificar esta realidad.

La Constitución Nacional en el artículo 18 establece: “Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas…”, por el que se prohíbe cualquier contenido penoso en el encierro y se pone de manifiesto una teoría humanista y acorde a la dignidad de todo ser humano.  En este sentido La Corte Suprema de justicia de la Nación ha indicado en reiteradas oportunidades que “el ingreso a una prisión no despoja al hombre de las protección de las leyes y, en primer lugar de la Constitución Nacional” y que “los prisioneros son, no obstante ello, personas titulares de todos los derechos constitucionales, salvo las libertades que han sido constitucionalmente restringidas por procedimientos que satisfagan todos los requerimientos del debido proceso” (Fallos 318-1894, 327-388, 334- 1216).

No obstante ello, la situación carcelaria a lo largo de este período permite comprobar que la característica más saliente de la ejecución de la pena ha sido la aplicación de castigos vejatorios o humillantes o tratos crueles, inhumanos o degradantes. En algunos casos estos hechos se sostienen en el tiempo, otros pueden ser aleatorios y en algunos la intensidad ha sido tal, que desnaturaliza la finalidad del proceso. Lo cierto es que persisten prácticas cuyo sistema de gobierno de la prisión hace que tales malos tratos sean estructurales, sistemáticos y de carácter permanente en la mayoría de los establecimientos. El dato saliente es que la mera descripción de los derechos de la persona privada de libertad resulta insuficiente, es por eso que debe estar sujeto a garantías precisas que se afiancen en modelos legislativos para lograr un programa de política penitenciaria más democrática

El punto de partida que supone un debido proceso en la ejecución penal no es otro que el de garantizar un trato humano y digno, pues sin tal presupuesto, no hay realización del principio de reinserción social. Ya nuestra Corte Suprema ha orientado su doctrina, siendo clara en que la reinserción social, como principio rector del sistema, supone previamente de una política penitenciaria garantizadora de normas de trato sujetas a la dignidad de las personas privadas de libertad  “Si el Estado no puede garantizar la vida de los internos ni evitar irregularidades, de nada sirve las políticas preventivas del delito ni menos aún las que persiguen la reinserción social de los detenidos; es más, indican una degradación funcional de sus obligaciones primarias que se constituyen en el camino más seguro para su desintegración y para la malversación de los valores institucionales que dan soporte a una sociedad justa” (318:2002).

La crisis provocada por la pandemia COVID-19 no hizo más que poner  de manifiesto aquello que se viene denunciando hace años. Tenemos la oportunidad de avanzar hacia la transformación de las condiciones de detención y poner al ser humano en primer plano. Aunque a primera vista parezca poco oportuno realizar estos encuentros ya que nos encontramos inmersos en esta crisis que nos toca enfrentar, muy por el contrario creemos con certeza, que  este tiempo de ruptura de la normalidad nos llama a reflexionar y nos conmina a aprovecharlo para lograr los cambios por los que hace años venimos luchando.

Juan Manuel Irrazábal
Presidente CNPT